Endometriosis: una enfermedad incurable, crónica, muy grave, progresiva, recurrente, compleja, impredecible e incapacitante, que altera francamente la calidad de vida de las pacientes en todas las esferas. Lo más sorprendente es que afectando a un número tan importante de población femenina, entre un 10 y 15%, traduciéndose en más de 2 millones en España, 14 millones en Europa y 176 millones en el mundo, sigue siendo desconocida socialmente, permaneciendo en la invisibilidad un gravísimo problema de salud pública pendiente de abordar.
Es una enfermedad que sólo sufren las mujeres, adolescentes y niñas en edad fértil, dado que, como su nombre indica, tiene que ver con el “endometrio”. La etimología la define como una enfermedad del endometrio (sufijo -osis equivale a enfermedad). Significa la implantación y crecimiento benigno de tejido endometrial fuera de su lugar habitual, siendo las localizaciones más frecuentes el ovario y el útero (ambas ocupan el 75% de los casos) aunque según grado y evolución de la enfermedad pueden verse afectados más órganos como: colon, vejiga, uréteres, riñones, bazo, vesícula, hígado, pulmón (sufriendo de neumotórax), ojos y hasta el cerebro en los casos más raros, por lo tanto, podemos afirmar que una paciente de endometriosis puede sufrir ocupación de endometrio en cualquier parte de su cuerpo.
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